Un collage con imágenes de flores con la forma de la cabeza y los hombros de una persona.

Un espacio seguro

Dos terapeutas afrodescendientes intercambian notas sobre un año de “clamor incesante” por sus servicios

Entre tiroteos de la policía, protestas masivas y el asalto violento al Capitolio, y una pandemia que ha agravado las desigualdades raciales ya existentes en cuanto a salud, empleo, cuidado de los niños y vivienda, muchos afroamericanos han recurrido a la terapia por primera vez. Los terapeutas afrodescendientes han sentido los estragos causados por todo esto y muchos han experimentado un aumento de la demanda sin precedentes.

El calendario del año de la Dra. Racine Henry suele tener altibajos, con clientes que buscan sesiones en primavera y otoño, y después de Año Nuevo, antes de dejarlos durante el verano y en la temporada de fiestas. Sin embargo, en 2021 “no ha habido tiempo de inactividad”, dice Henry, una terapeuta afrodescendiente que se especializa en parejas y familias en Nueva York. “Ha sido pura intensidad”. Victoria S. Grey, una terapeuta en Boulder (Colorado), también ha notado un clamor “incesante”, en especial de personas con las que comparten una identidad multirracial afrodescendiente. “Parte de eso se debe a la pandemia, pero luego se combina con esta mayor conciencia social de todas estas piezas históricamente marginadas de la propia identidad”, dijo. “De repente, uno puede buscar terapeutas que se alineen con esas cosas y las entiendan”.

El aumento ha demostrado el papel integral y único de los terapeutas afrodescendientes, así como su abrumadora infrarrepresentación en la profesión. Solo el 4% de los psicólogos y el 2% de los psiquiatras son afrodescendientes, según una encuesta de 2015 de la Asociación Americana de Psicología. La periodista Patrice Peck, autora del aclamado boletín informativo “Coronavirus News for Black Folks”, habló con Henry y Grey para conocer más sobre lo que han notado en las sesiones con clientes afrodescendientes, sus opiniones sobre la demanda de terapeutas afrodescendientes y cómo están cuidando su propia salud mental.

Nota para el lector: Esta historia incluye menciones de hechos violentos.
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Dr. Racine Henry:

Lo que más buscan mis clientes afrodescendientes es un espacio seguro. Creo que la gente ha tenido que reevaluar sus grupos de amigos, incluso sus relaciones. Como soy terapeuta de parejas, tengo muchos clientes que tenían relaciones interraciales e interculturales que ahora quieren hablar de la raza en sus casas, cuando antes no era un problema. Entonces surge la pregunta: “¿Estoy segura con mi pareja blanca? ¿Estoy segura en mi departamento, donde convivo con dos personas que pueden no ser de color, o en mi entorno laboral o escolar?”. Tener que revaluar esos espacios seguros puede ser traumático, pero también crear nuevos espacios que puedan ser realmente más seguros o iniciar algunas de estas conversaciones difíciles es una forma de sanar.

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Victoria S. Grey:

He tenido una serie de clientes afrodescendientes, indígenas y de color (BIPOC, por sus siglas en inglés) y clientes multirraciales. Ha sido muy interesante porque esa es mi identidad, y mucha gente me busca específicamente por eso también. Me hacen esas preguntas: “¿Cómo puedo navegar por estas relaciones multiculturales y multirraciales?” También recibo a muchos terapeutas que pidieron apoyo y que viven en zonas más rurales. Están viendo cosas, como desfiles de orgullosos supremacistas blancos, fuera de sus casas y se preguntan: “Esta es la zona en la que vivo y trabajo. ¿Qué hago con esto?”

Henry: Por supuesto, queremos que la terapia y los servicios de salud mental estén culturalmente informados. Pero también me siento protectora de ese espacio, porque creo que hay mucha condescendencia. Así que, espero que las personas que lo están haciendo se mantengan curiosas, buscando formarse, dando lo mejor de sí y, también, sean conscientes de sus propios prejuicios potenciales. El hecho de que yo sea afrodescendiente y que mis clientes puedan serlo también no significa que no tenga mis propias suposiciones o sentimientos sobre las personas afrodescendientes o los temas afrodescendientes. Así que, hay que autorregularse para poder ser realmente útil para las personas que están en situación de necesidad.

Cada vez que me encuentro con un terapeuta blanco que dice que está culturalmente informado o que sabe cómo tratar personas de color, siempre se me eriza la piel y le cuestiono cómo es eso. Porque no creo que una persona blanca pueda decirme que es experta en prácticas culturalmente informadas y tal vez ese es mi prejuicio. Pero creo que, como persona afrodescendiente, tengo derecho a tener ese prejuicio. Hay una experiencia de vida que acompaña el ejercicio de este trabajo que no se puede aprender. No es posible que lo entiendas, sin que eso sea culpa tuya. Si dices “lo entiendo porque tengo X cantidad de clientes afrodescendientes, X cantidad de amigos afrodescendientes”, no lo estás entendiendo en absoluto. Estás omitiendo por completo el hecho de que esta terapia o este servicio es culturalmente informado por la persona que se sienta frente a ti, quien te argumenta desde su propia experiencia cultural.

Grey: Definitivamente hay un límite que he experimentado entre alejarse de la alianza simulada de solo decir: “Sí, somos antirracistas. Somos culturalmente humildes. Estamos culturalmente informados”. Todas estas cosas son hermosas y es importante decirlas pero, a menudo, exigen cambios bastante radicales en la forma en la que hacemos negocios para abordar realmente los prejuicios que están presentes en estas instituciones de larga data. Ahí es donde mucha gente empieza a frenar y se empiezan a oír cosas muy raras: “Bueno, no podemos ir tan rápido” o “Eso ya va siendo demasiado”. Realmente te hace preguntarte si realmente estamos culturalmente informados o solo queremos decir que lo estamos. Algunas personas no están preparadas para completar ese proceso.

“No intento huir de la sensación de agobio, sino que la acepto como parte del proceso”.

Henry: La terapia tiene que ver con el ajuste, con sentir que esta persona te entiende, te ve y puedes hablar con ella. Es como tener una cita con alguien. Sigue el proceso hasta que encuentres a la persona y la conexión adecuadas. No deberías tener que esforzarte para sentirte bien con tu terapeuta. Si tu terapeuta no te hace sentir que puedes hablarle o que te está escuchando, busca otro terapeuta. No tengas miedo de dejar a tu terapeuta. No tengas miedo de tener tres o cuatro sesiones iniciales con diferentes personas para compararlas. No te comprometas de inmediato. Tómate tu tiempo.

La terapia es un proceso y, en realidad, depende más del cliente que del terapeuta. Así que hay que hacer la tarea, hay que comprometerse y hay que darle tiempo. No va a suceder de la noche a la mañana. Ambas cosas tomarán tiempo: encontrar al terapeuta correcto y sentir que la terapia realmente funciona. De igual manera, la terapia no siempre funciona, por lo que debes permitir que eso también forme parte de la ecuación.

Grey: Incluso si ya llevas un par de sesiones y sientes que “no está funcionando”, reconoce que tienes todo el poder para decir: “Esto no está funcionando, voy a probar otra cosa”. Eso puede ser una parte muy saludable y constructiva del proceso.

Henry: Además, pide descuentos. Pregúntale a un terapeuta si tiene una escala variable o espacios gratuitos, o si sabe de alguien que los ofrezca. No tengas miedo de hablar de la parte financiera, porque la terapia también es una inversión económica. Hay varias formas de conseguir terapia de bajo costo o gratuita. Te sorprenderás, pero muchos terapeutas las ofrecen, aunque los clientes no siempre preguntan. Así que, tampoco hay que tener miedo de esa parte.

Grey: Incluso, otra opción que he visto en aumento es la terapia de grupo. Puede ser mucho más asequible y un espacio de creación de comunidad muy muy bueno. Reconocer lo que es sostenible desde el punto de vista financiero es una pieza enorme del rompecabezas.

“Hay una experiencia de vida que acompaña el ejercicio de este trabajo que no se puede aprender”.

Henry: El aumento me abrumó y me sorprendió al principio. En ese entonces colaboraba con algunos hospitales para trabajar con sus médicos y estudiantes de Medicina sobre el manejo de los pacientes con COVID y sobre estar viendo tanta muerte. Eso me afectó mucho y tuve que dar un paso atrás y restablecer los límites y las prácticas de autocuidado, acudir a mi red de profesionales que también son amigos y colegas y, simplemente, hablar de eso y poder procesarlo. Pero, al menos en mi caso, no sé si es posible mantener la sensación de “lo estoy haciendo muy bien”, porque hay altibajos, por supuesto. Tienes que recordar que eres un ser humano y permitirte sentir emociones humanas. Compaginar todo eso con ser esposa, madre y persona, y con todas las demás funciones que tengo puede ser realmente difícil. Puede llegar a ser muy abrumador, pero creo que estoy bien con sentirme abrumada, sabiendo que, cuando eso sucede, tengo recursos y cosas para volver a poner los pies en la Tierra. Por eso no intento huir de la sensación de agobio, sino que la acepto como parte del proceso y sé qué hacer para rectificar cuando sucede.

Grey: Me siento como si estuviera al filo de la navaja, tratando de estar más disponible para esta oleada de gente que estoy recibiendo y tratando de asociarme con organizaciones sin fines de lucro y organizaciones que pueden proporcionar servicios. Pero también veo listas de espera de más de 200 personas y reconozco que no hay suficientes terapeutas en muchos sentidos. Creo que tener muy claros los límites y tratar de no sobrepasarlos tanto como podría haberlo hecho antes, y simplemente tomar más tiempo libre, es importante. Me gusta mucho escuchar música como una forma de meditar. Así que trato de seguir la corriente y algunas veces me siento bien con ello, otras veces no. Pero intento ofrecer el apoyo que puedo y reconozco que, si estoy demasiado agotada, no podré ofrecer apoyo alguno.

Varias consultas relacionadas con la salud mental alcanzaron el nivel más alto en 2021, incluida cómo encontrar un terapeuta.

Si cree que puede estar experimentando depresión, ansiedad, trastorno de estrés postraumático o depresión posparto, las autoevaluaciones clínicamente validadas están disponibles en health.google/for-everyone/self-assessments.

Por Patrice Peck

(Ella)

Patrice Peck es periodista y crítica cultural que vive entre la ciudad de Nueva York y Los Ángeles. Sus temas incluyen la raza, la identidad y la cultura en todos sus ámbitos. Su trabajo se ha publicado en The New York Times, The Atlantic, Vogue, EBONY, The Washington Post, Los Angeles Times y más.

Basil Kincaid

Basil Kincaid es de San Luis, Misuri, y es un artista posdisciplinario que descarta las costumbres sociales y elabora tejidos culturales alternativos a través del acolchado, el collage, la fotografía, la instalación y la actuación; todo hecho con materiales encontrados, recuperados y donados. En 2021, Kincaid se convirtió en miembro de United States Artists y se unió a la Colección del Museo Smithsoniano de Arte Estadounidense.